7 de noviembre de 2017

Opinión Audiovisual: Cracks, Jordan Scott

Hola a todo el mundo virtual, espero que estén bien. Por mi parte, los días han pasado con calma, el clima ha mejorado y ya se muestra radiante. En una de esas tardes, me topé con esta cinta, sin conocimiento previo me dispuse a verla y, debo decir, me sorprendió, de forma agradable. Estuve un momento pensando en cómo explayarme para abarcar lo que deseo expresar, pues me fue complicado al organizar las ideas en mi cabeza. Al final, teclee con cierta meticulosidad, y llegue a este resultado. De antemano, quiero señalar que mi opinión es totalmente subjetiva y, respetando a otro pensamiento, lo expreso sin agraviar a terceros.

Cracks, Jordan Scott. (2009)

En un lejano internado de mujeres, en Inglaterra. El club de natación dirigido por la maestra G, práctica apaciblemente todas las tardes. La llegada de una nueva estudiante; extranjera y con una visión renovada del mundo, sacudirá la dinámica de este grupo; y desatara la pasión, la envidia, y la transgresión. Allí, donde es el deseo  lo que uno más  desea alcanzar, sin importar arrebatar la inocencia, y más.

La película nos embarca por un viaje, sutil y vertiginoso, a través del diario vivir de las niñas en el internado. Esto se lleva de forma magistral, pues a través de la secuencia, bien conformada, se nos cautiva por la simpleza narrativa, ejerciendo un poder sobre nuestra conciencia sobre los minutos que pasan, haciendo de este ameno. 

El guión de la película es completamente acertado, fluctuando entre la perversidad de la situación y la inmadurez, embadurnado con la rabia, la envidia, y la admiración, de la mente infantil, y la capacidad de controlar una situación no de forma explícita más bien a través de mecanismos que, en su conjunto, desencadenan a un desenlace real y fríamente calculado. La película se tuerce argumentalmente hablando, generó en mi expectativa ya que deseaba conocer a qué se iba a deparar con cada situación. Debo recalcar un sentimiento de inquietud, rozando el desasosiego, se apoderaron de mí en cada situación en que se exponía  la relación que compartían las niñas. Existe en cada una de ellas fisuras, se desenvuelven juntas y así, en su conjunto, son (dígase) un grupo; fuerte, comprometido, admirado por el resto, pero en el apartado individual se desdibujan en  virtudes negativas; la arrogancia, la envidia, el deslumbramiento, son conceptos que no se deben vincular, ni mezclar, pues traen consigo  desgracia.

La ambientación, la escenografía y el vestuario se llevan de la mano, y cumplen con su función; transportar al espectador a la realidad presentada, para así crear en uno, como audiencia, empatía e interés.

La fotografía es hermosa; enternecedora y cálida. Debo destacar los planos de los saltos acuáticos, acompañados de escenas lentas que, esperan llegar, se nos muestra como un poema visual. La música llega a nuestros oídos de forma acertada, eso sí, se sobrepone a través del total de la película, sobresaturada pero debido a lo bello de la composición musical no es mal recibida.

Las actuaciones son un destacado impresionante; se desenvuelven, sienten y actúan de la forma más humanamente posible, esto trae consigo una interpretación fluida. El peso argumental se ve distribuido, casi, ecuánimemente. El personaje que se lleva un destacado reconocimiento es a la espléndida interpretación de Dee Radfield, la líder del equipo de natación y el personaje narrador de esta historia. Se nos transmite aquello que se guarda en la confusión infantil y la ponzoñosa animosidad, de forma clara y concisa, a pesar de lo complicado que, intrínsecamente, esto es.

A través de diferentes puntos de opinión para enriquecer mi visión de la obra, llegue a que a muchos no les gusto el final, pero si ve, eliminando retazos de sentimentalismo, es crudo y humano. Es completamente atingente al desarrollo del filme. Las acciones egoístas y malintencionadas no pueden, ni deben terminar censuradas. Y por ello, la naturaleza vil busca su beneficio, y en circunstancia se eleva vencedora, aunque no sea la opción más justa. 

Concluyendo, recomiendo esta película si ve en calidad de espectador, casi indiferente, que se desilusiona de acciones injustas. Que critica si existe un mal y que no normaliza hechos desvergonzados e inmorales. Que se dé la instancia de sentir rabia y que concientice, si se genera cualquier mal, este debe ser condenado, sin importar quien ejerza la violencia. 

Saludos, Gab. 

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