En primer lugar, esta lectura fue dada por el colegio. En un plan que se encasilla en “la identidad y la literatura”, y este es uno de esos libros. Morir en Berlín, es una novela que nos narra un amor, esperanzador, que envuelve a un anciano senador y en una fase terminal, a una joven bailarina que llega a vivir, fortuitamente, a la vivienda vecinal. Esta muchacha representa, no solo la redención para aquel anciano sino también, la sentencia idealista que arrebata el último hálito antes de la inminente muerte.
Los aspectos técnicos de esta obra son extraordinarios incluyendo; la complejidad y la realidad que conforman a sus personajes, tan humanos y tan desorientados; su narrativa, envolvente, descriptiva al punto de sensibilizar al lector; su temática, el exilio y la pérdida de la identidad, los personajes ya no pertenecen a su tierra, amada, querida ni al territorio nuevo, hostil y ajeno.
Cerda nos lleva al relato de personas que, en la desilusión de lo encontrado, buscan, a pesar de que ya no pertenecen a ningún lazo terrenal, un hogar.
Un punto destacable de esta obra fue la forma en que se transmitía, de manera individual, los sentimientos de los personajes, ya que, cada uno de estos afrontaba la situación desde su propia experiencia, dándole al relato un tinte familiar y particular, esto sin desarmar a los personajes, tan bien construidos, le da al relato una credibilidad mayor.
Leer este libro fue una experiencia muy grata, emotiva y educativa aunque fuera una parte de la situación de quienes vivieron el exilio en el periodo de la dictadura chilena. Leyendo esta novela reflexione de política, de censura, de amor, de idealismo exacerbado, de identidad, y de aquel sentimiento de añoranza a la tierra amada, al territorio abandonado, pero no olvidado, a la esencia de nuestra propia tierra.
Saludos, Gab.
El Sistemaq nos hace trizas.
ResponderEliminarEn aquellos tiempos sí. En los actuales, también.
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